La Familia es el sistema socializador básico más importante para el buen desarrollo del niño, ya que provee de estímulos, orientación e información. La familia del estudiante, además, tiene gran valor para el pedagogo ya que es la fuente genética primaria, es decir, es el hábitat, el medio donde crece el niño, es el primer agente educativo, ya que si al niño le acontece algo, el docente debe acudir a la familia.
De la afectividad depende la buena adaptación del niño y el rendimiento académico, también es muy esencial el apego que el niño va a tener con su madre o cuidador.
Cuando se habla de apego seguro, pero cognitivamente se habla de una búsqueda activa de información nueva, apertura de experiencias, adaptación a los cambios, recuerdo positivo. En el apego evasivo hay una persistencia en lo conocido y establecido, hay ideas confusas y rígidas, recuerdos negativos, indiferencia ante lo novedoso y en el apego ambivalente se ve la indecisión en las elecciones de alternativas, curiosidad y temor ante lo desconocido, recuerdos negativos. Por el lado de sociabilidad, facilita el acceso, la proximidad física y la intimidad, no hay temor al abandono o a la distancia. El apego evasivo hay un desarrollo de modelos mentales de sí mismos como no inteligentes e inseguros y paranoia, aislamiento y vigilancia. Y el apego ambivalente, que es un apego inseguro desarrolla modelos mentales de si mismos con suspicacia, escepticismo y retraimiento de los demás como desconfiables y amenazadores, generan ansiedad y temor al compromiso, incomodidad con el contacto intimo, confusión y cuestionamientos de las propias actuaciones sociales.
El Educando debe
tener auto-concepto y autoestima donde la valoración positiva o negativa
que el sujeto hace de su auto-concepto, incluyendo las emociones que asocia a
ellas y las actitudes que tiene respecto de sí mismo. Se ve la imagen que
tiene de sí mismo en las dimensiones perceptual, cognitiva y afectiva, es
decir, al quién soy yo. También dentro de esto debe haber un Auto-concepto
académico que es la parte del sí
mismo que se relaciona más directamente con el rendimiento académico y sirve
como un sistema de guía personal para dirigir el comportamiento en la
escuela.
Aquí incorpora dimensiones como la interrelación
y la asertividad, sonde se ve el gran valor, el aprecio que el niño tiene
por sus compañeros y el nivel de confianza que logra en la relación con ellos,
donde se incluye la habilidad de expresar adecuadamente tanto los sentimientos
positivos como negativos.
También el educando debe tener la capacidad de afrontamiento, que se refiere
a la confianza que tiene el niño en sus habilidades académicas para satisfacer
las demandas del medio orientadas al cumplimiento de las metas académicas y las
relaciones
interpersonales en la escuela que involucra a profesores y pares influyen en el
auto-concepto del escolar e incide en su desempeño cognitivo y social.
Claramente es necesaria la comunicación entre los profesores,
los apoderados y los estudiantes. Sin embargo, la
particular relación entre apoderados y educadores debe ser siempre
bidireccional, comunicacional y reversible para que puedan intercambiar
información y aprendan unos de otros. Esta mutua
cooperación docente-apoderado fortalece las gestiones de ambos, y al
intersectarse las intervenciones pedagógicas del docente con las del apoderado
en el hogar se genera un pilar mucho más fuerte es un sostén de la construcción
formativa del educando.
Es así como de los docentes se desea que dispongan ya de ciertas características de personalidad que promuevan el desarrollo de habilidades sociales y favorezcan la realización del proceso de enseñanza y aprendizaje, y también se espera que incorporen otras nuevas.
El rol del profesor, en el proceso enseñanza – aprendizaje es muy importante. Influyen sus características personales, su actitud, el dominio de la materia, las técnicas didácticas, la experiencia y, sobretodo, el tipo de interacción que establece con el alumno.
Aquí el
profesor influye en el éxito o fracaso del alumno según su proceso de
aprendizaje, ya que un profesor efectivo tiene comportamientos positivos que
promueven el entendimiento académico de sus alumnos, también posee vocación, es
decir, se compromete con entusiasmo en su quehacer educativo,
además debe tener un alto manejo de contenido, adquirido desde su formación,
tiene que tener empatía y conocimientos de las
etapas del desarrollo humano.
Aquí también se
puede ver y conocer que el docente debe contar con la prospección, la
pro-positividad y la pro-actividad, donde el docente debe tener predicción de
lo que quiere hacer o de que puede acontecer y esto debe ser planificado con un
propósito, con una intención o finalidad y debe llevar actitudes y conductas deseables
hacia delante; empeñarse en sacar algo a favor precisamente en condiciones
difíciles.
Es muy importante que el docente conozca los estilos de
enseñanzas, ya que son el sello más o menos personal y propio con que este
dirige y configura los modos de educar y enseñar, de acuerdo con su concepción
de los objetivos pedagógicos y las características de los educandos. Hay una
estilo directivo, donde el profesor
asume la responsabilidad exclusiva del aprendizaje; busca el logro de objetivos
con tiempo límite; brinda pocas oportunidades de interacción entre pares y con
él genera aprendizaje memorístico y reproductivo dirigido mediante la
formulación de preguntas al alumno.
En el estilo facilitador, el profesor asume la responsabilidad conjunta
del aprendizaje con los alumnos; negocia estructura, objetivos y actividades
con los alumnos, retroalimenta sobre los aportes de los alumnos, genera
aprendizaje autónomo y aplicativo mediante la elaboración de preguntas por el
alumno. También se necesita conocer el estilo colaborador, donde la responsabilidad
del aprendizaje la asumen equitativamente alumno y docente, crean juntos
habilidades y estrategias en equipos de trabajo comprometidos y responsables.
Estilo transmisor, es la entrega de información a los alumnos donde reciben,
almacenan y reproducen y por último el estilo culturizador, donde hay
compromiso con los contenido, se transmite, se inspira, se mueve y convence al
alumno, insta a la reflexión y conservación del patrimonio.
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